Un cuento muy antiguo..."Sonrisas"

Almendro en Flor, 1890
Vincet Vang Gogh

SONRISAS.

Estaba HARTA. Harta del desierto que era su vida. Harta de caminar todo el tiempo sobre vidrios rotos o piedras ardientes. Harta de las noticias sensacionalistas de la televisión, de la guerra, del agujero en la capa de ozono, de la tala de la selva tropical. Harta de la política y de la recensión económica. Harta de ver como los niños se drogan y los ancianos mendigan. Harta, Harta de las carcajadas cínicas de los que la rodeaban, de los chismes, de la falsa preocupación, de sentir que a cada momento nos convertimos más y más en androides. Harta de las pastillas que debía tomar rigurosamente por la mañana y por la noche para compensar una enfermedad genética, la cual ella sabia bien (si que lo sabia) nunca seria estabilizada. Todos los años acudiría y ,con una nueva crisis, arrastraría todos sus logros y esperanzas. HARTA, HARTA, HARTA. Se lo repetía cada segundo en su cerebro, detrás de su carita sonriente.

Pero lo tenia a “EL”, a quien amaba más que a nadie.”EL” de cabello claro y de gestos cariñosos, sinceros, aquel que le prodigaba una dedicación absoluta. A pesar de aquello, ella sentía que cada día su sufrimiento era un peso más fuerte, más inmenso, que transformaba su relación en cadenas espectrales para un mortal feliz. A pesar de  que “EL” le dijese “no guagua, no es verdad”, ella  no lo creía. Se torturaba todas las noches, todos los días con la misma idea “soy una carga, soy una carga…si apenas tenemos un año juntos ¿Qué pasara cuando llevemos quince y ya no soporte oírme llorar?”. Pues “EL”, a pesar de haber transcurrido tan corto tiempo, quería casarse a fines de diciembre, cuando se titulara de ingeniero.

Entonces lo decidió…

ESCÁNDALO fue la siguiente palabra en su vida. “¡¿Embarazada?!”. Su conservadora y estricta familia no pudo soportarlo. Sólo su madre no la rechazo…tal vez intuyera algo. ¿Quien puede saberlo?

No quiso casarse, aunque se lo pidieron con insistencia…para sus planes era mejor de esa manera.

“EL” estaba feliz, radiante. Ella también, pero con la sonrisa de las olas cuando, cansadas, van a dormir a la playa.

Tuvieron su pequeña casita, llena de cojines, velas, campanas de viento y lámparas japonesas.

Decoraron la pieza del bebé con meticulosidad.”¿Qué te parece si le pedimos a la Maca que le pinte la pieza con duendes y hadas?…también un castillo…y ¿Unicornios o pegasos?”. Ella lo escuchaba parlotear emocionado cada noche, sobre ellos, el bebé, los demás hijos que vendrían, su boda, y murmurándole al oído que nunca, nunca había sido más feliz. Entonces ella se recostaba en su amplio pecho y sonreía…sólo sonreía…

El bebé nació bajo buena estrella según las cartas del tarot y el horóscopo chino. Bendecida por Dios y los ángeles según su una tía abuela y hasta el terco abuelo materno enloqueció con “ELLA”, porque era “ELLA” y no “EL” y “ELLA” tenia los ojos azules de su abuelo y la pelusita oscura de su madre.

….Y ella sonreía…sólo sonreía…

Ya era primavera y aquella tarde la luz entraba a raudales por los múltiples ventanales, con aquel olor inconfundible de esa estación, que ella parecía percibir como si fuera le único ser en el mundo... Mecía a la pequeña en una cuna rústica comprada a un anticuario. La nena ya se había dormido, mirando el móvil de mariposas que uno de sus tíos le había fabricado. Ella volvió a sonreír…se tendió en la cama, sus ojos se cerraron sonriendo aun y la quietud movió las cortinas blancas...

A veces se pasea por la casa y lo ve a “EL” durmiendo junto a su esposa y a su hija dichosa, jugando con sus dos hermanos menores. Siente que hizo bien, muy bien. ¡Que paz!...aunque le molesta un poco que las velas y los cojines de sus rincones favoritos hubiesen desparecido (una abogada tan ocupada y brillante como la nueva madre de su hija no tenia tiempo para esa clase de estupideces…y menos para una pieza con hadas). Entonces, en aquellas caminatas silentes, observaba los rostros de aquellos a quienes amaba en la eternidad, en el infinito secreto del alma y sonreía…sólo sonreía...

Hugs and kisses