Váritas Mágicas (II)

La varitas mágicas existen desde hace mucho tiempo. Aparecen en pinturas rupestres y en al arte del antiguo Egipto.Los magos de la sociedad druídica que floreció en la Europa Precristiana presidian las ceremonias religiosas con varitas fabricadas de espino, tejo, sauce y madera de otros árboles que para ellos eran sagrados.Estas varitas se tallaban sólo la amanecer o al atardecer, que se consideraban los mejores momentos para capturar los poderes del Sol, y era necesario usar un cuchillo sagrado bañado en sangre.En el Antiguo Testamento Moisés usaba una varita mágica en forma de cayado de pastor para separar las aguas del mar rojo y para hacer brotar un manantial de una roca. Una imagen del siglo VI muestra a Jesús resucitando a Lázaro al tocarlo con una varita.Estos ejemplos, sugieren que, históricamente, la varitas no solo se usaban para canalizar las fuerzas sobrenaturales sino también como instrumento de las ceremonias religiosas y como símbolo de poder.
En la literatura, la varitas mágicas aparecen por primera vez en al Odisea, escrita por el poeta griego Homero el siglo IX e le X a.C. La hermosa bruja Circe usa su varita para trasformar a la tripulación del héroe en una piara de cerdos chillones.El uso clásico que se les da a la varitas mágicas en la literatura,descrito en incontables cuentos de hadas,es la transformación de una cosa en otra distinta.El ejemplo más conocido es el de la varita con punta de estrella que utiliza el hada madrina de cenicienta para transformar a los ratones en caballos y las calabaza en una carroza.Otras varitas legendarias son la de Merlín, mago y mentor del Rey Arturo, y la del dios griego Hermes, que usaba su vara (o caduceo) para hacerse invisible a los ojos humanos.
En los primeros tiempos de la Europa Moderna , la varita era una herramienta considerada vital para muchos de los que practicaban magia.La usaban los magos para lanzar conjuros y para dibujar "círculos mágicos" que protegían al mago de la influencia indeseada de cualquier demonio o espíritu cuya presencia planeara invocar.
Los aspirantes a mago recurrían a libros de conjuros en forma de instrucciones de como diseñar y fabricar una buena varita.Según las "Clavículas de Salomón" , uno de los más famosos libros de conjuros de la Edad Media, la varita ideal debía hacerse de madera de avellano cortada del árbol con un solo golpe de hacha nueva. Algunos autores en la materia aseguraban que el poder de la varita podía incrementarse añadiéndole punta magnéticas en os extremos, insertándoles cristales o inscribiéndoles palabras mágicas o nombres sagrados.Una vez tallada la varita el mago invocaba a los espíritus, demonios o dioses apropiados para que dotaran a la varita de sus preciados poderes: curar enfermedades, controlar las fuerzas de la naturaleza, o hacer realidad cualquier deseo del mago.
Mientras que los magos rituales se tomaban muy enserio su trabajo, a principios del siglo XV las varitas también se utilizaban con fines lúdicos: como utilería de los artistas callejeros para quienes la magia era una forma d ganarse la vida.Desde su punto de vista la varita tenia como mínimo dos importantes funciones: era el agente que,en apariencia, causaba la magia, y ayudaba a distraer a la audiencia atrayendo su atención sobre una cosa mientras el mago hacia otra disimuladamente.Las varitas mágicas son, desde luego, el sello distintivo de los actuales artistas de la magia.

El Diccionario del Mago
Allan Zola Kronzack y Elizabeth Kronseck
ps.329-332