El tamaño de la hadas (curiosidades y leyendas)

El diminuto país de la hadas creado pro Shakespeare y los poetas de la primera mitad del siglo XVII acabó convirtiéndose en la imagen más popular;sin embargo, en las leyendas folclóricas pululaban las hadas de todas la formas y tamaños que, además, podían hacerse más grandes o más pequeñas si lo deseaban.

Como dijo el poeta irlandés W.B.Yeats "no creáis que la hadas son siempre pequeñas.Todo los que les concierne está regido por el capricho, incluido su tamaño.Según parece, adoptan la forma y la estatura que les apetece en cada momento[...]Las hadas irlandesas pueden ser tan grandes como nosotros o incluso mayores, mientras que en ocasiónes, según me han contado,no alcanzan el metro de altura."
Los caballeros y las hechiceras de las novelas de caballería medievales solían tener estatura humana o sobrehumana.En el poema narrativo inglés del siglo XIV Sir Gawain y el Caballero Verde, el caballero encantado y su esposa hechicera tienen el tamaño de seres humanos, por lo que sir Gwain no barrunta su naturaleza sobrenatural. Desgraciadamente tiene más tarde tiene ocación de comprobar que sus atentos anfitriones son en realidad el Caballero Verde y su esposa el hada Morgana.
Las damas encantadas que encuentra Edric, el salvaje en una leyenda inglesa reelaborada por Walter Map en el siglo XII se describen como más altas y corpulentas que las mujeres de la raza humana.
La hadas de las antiguas baladas escocesas parecen haber tenido dimensiones humanas. Lo mismo puede decirse de las corteses hadas irlandesas, la Tuatha de Danaan, descritas pro lo general como parecidas a los mortales.Sin embargo, en el país de la hadas no existen reglas fijas,y los relatos más antiguos ofrecen también ejemplos de criaturas diminutas.Las baladas escocesas incluyen casos similares, ten curiosas como el de la titulada "El Hombrecillo":

sus piernas no tenían más que u n jeme
pero eran recias, y ágiles también;
las cejas le distaban un buen palmo
y de hombro a hombro había casi tres.

Las hadas podían cambiar de aspecto a voluntad como prueba el cuento "Cherry de Zennor", incluido en Popular Romance of the West of England (1865) de Robert Hunt.Una muchacha de Cornualles se encontró con un elfo de apariencia humana "un caballero bien vestido", cuando se dirigía a la feria del pueblo vecino.El hombre le propuso tomarla a su servicio y la joven aceptó.Juntos cuidaban el hermoso jardín de la casa, "en el que crecían flores de todas las estaciones la mismo tiempo", y al acabar cada arriate, el caballero le daba un beso.Pero un días, rompiendo la promesa que la había hecho al elfo, la muchacha se aplicó ungüento mágico en los ojos y pudo contemplar a su amado a una luz totalmente nueva."Vio una multitud de seres diminutos que bailaban alegremente entre los que , furiosa, descubrió a su patrón, tan minúsculo como los demás y en términos más que amistosos con pequeñas hadas"
La posibilidad de cambiar de forma permitía a las hadas aumentar de tamaño; sin embargo, según un cuento de Cornualles titulado "La morada de la hadas en el páramo de Selena", las frecuentes transformaciones tenían el pernicioso efecto de hacerlas cada vez más pequeñas, hasta que, reducidas al tamaña de hormigas, acababan languideciendo y desaparecían por completo.

Fuente: El Mundo de la Hadas, Beatrice Phillpotts