Otro cuento...para empezar el año: LA DANZA MACABRA
Camille Saint-Saens -Dance Macabre
Es una noche estrellada. La luna resplandece inmensa y amarilla en el horizonte, una suave brisa agita los árboles del Cementerio.
A lo lejos se escucha un armonioso aire de vals ejecutado con maestría en violín. Es la Muerte que, como todas las noches de luna, practica su pasatiempo favorito. En torno a ella bailan alegre y despreocupadamente algunos fantasmas, una que otra calavera, gnomos de largas barbas, pícaros duendes y tímidos fuegos fatuos. Estos últimos son los más vergonzosos del grupo, debido a que tienen un terrible complejo de inferioridad por ser de color azul y no anaranjado como el común de sus congéneres. En vano, su querida amiga Muerte ha tratado de disuadirlos de su trágico problema psicológico, pero los pobres son muy tercos y la melancolía es parte de su temperamento.
En absoluto la escena representada a Uds., queridos lectores, es grotesca. ¿Qué hay de espeluznante en que nuestros restos mortales gocen de un sano esparcimiento, mientras esperan el Día del Juicio Final?
Para ejemplificarles el tedio que sienten esas pobres calaveras encerradas en húmedos y helados nichos por toda una eternidad, recuerden aquellos días de fin de mes en que Uds. se ven obligados a permanecer horas haciendo fila en el banco para pagar una cuenta atrasada. ¿Es aburrido, no? Sobre todo cuando el tiempo que deben esperar no son dos o tres horas sino dos mil o tres mil años. Tampoco es horripilante, ni pavoroso ver a algunos seres blanquecinos, transparentes y lánguidos conversando amenamente con pequeños hombrecillos panzones de orejas puntiagudas, ni encuentro censurable el hecho de que pequeñas lucecitas tenues y vergonzosas jueguen a la ronda en medio del prado.
Con todo, hoy no es una noche común. No. Es la noche en que Henri Casolis se inspiraba para escribir su célebre poema: "LA DANZA MACABRA".
Nuestra antigua conocida, la Muerte, lo sabe, y no ha querido descuidar ningún detalle de su primer concierto en público; es decir, ante humanos.
Por ello se ha vestido con sus mejores galas: una túnica morada con un gracioso capuchón, el cual pende elegantemente de sus hombros y se ha perfumado con agua de rosas. Tampoco ha descuidado la calidad de su instrumento, por lo que ha dejado en su casa su gastado y viejo violín, ha traído un Stradivarius legítimo de excelente y aterciopelados sonidos. Este violín tiene su historia, la cual narraremos a grandes rasgos para no alargar nuestra anécdota.
Comúnmente se dice que Paganini tenía pacto con el Diablo, de ahí su inspirada composición e inmejorable ejecución.
Debo aclarar y dejar constancia que eso es falso. Hizo un pacto con la Muerte, según el cual ella le otorgaría ciertos dones musicales y a cambio le regalaría un Stradivarius legítimo , acariciado sueño de esta aficionada musicóloga. El pacto se firmó y fue cumplido como es de conocimiento de todos por ciertos rumores que circulan en torno a este distinguido músico. De esta sencilla forma, nuestra amiga se apoderó de un violín que costaba millones de dólares. Como último detalle, debo recordar a Uds. que la Muerte es mujer y como tal, bastante coqueta y pretenciosa, por lo cual quería impresionar favorablemente al autor que la inmortalizaría.
A eso de las cinco de la mañana, en lo mejor de la reunión, se sintieron pasos en el Cementerio. De inmediato corrió la voz entre los asistentes que El Hombre que daría a conocer su asamblea, los observaba.
En conjunto comenzaron a bailar lo más armónicamente posible, y con sus mejores sonrisas al son del violín. Se portaron lo más refinadamente posible, a fin de causar una excelente impresiónen el Poeta. *
De pronto se sintió el canto del gallo, símbolo de la llegada del alba y todos rezongando por lo corto de la velada debieron retirarse a sus "aposentos". Se cerraron las tumbas, las calaveras acomodaron sus cansados huesos en sus ataúdes, arrebujándose en sus sudarios y los gnomos volvieron al centro de la tierra o a algún hueco de árbol a dormir. Los fuegos fatuos se apagaron y la Muerte, luego de guardar cuidadosamente su violín, chasqueó los dedos y desapareció.
Henri Casolis estuvo algún tiempo enfermo por la impresión sufrida, pero apenas se recuperó, comenzó a trabajar en su poema, preso de la más intensa inspiración.
Algunos meses más tarde, cuál no sería la desilusión de la Muerte y de todos sus amigos cuando leyeron la primera copia impresa del poema.
"Zaz, zaz,zaz, la Muerte cadenciosamente golpeando una tumba con su talón, a medianoche toca un aire de danza, zaz,zaz,zaz, en su violín. El viento del invierno sopla y la noche es oscura. Salen gemidos de entre las tejas, los blancos esqueletos en las sombras corren y saltan envueltos en grandes sudarios. ¡zaz,zaz,zaz!, todos se gritan y se oyen entrechocar los huesos de los que danzan, pero ¡Silencio! De pronto abandonan la ronda, tropiezan unos con otros y huyen. ¡El gallo ha cantado!"
Sin duda, el autor no expresó una favorable idea de esas reuniones nocturnas. ¡Qué tristeza para aquellos seres que tanto se habían esforzado en parecerle bien a la humanidad!
Ahora el mundo entero tendría una terrorífica opinión de ellos. ¡Todo por las lunáticas ideas de un temperamental y visceral artista!
Las reuniones nocturnas se suspendieron durante un año, en señal de pena. Durante ese largo tiempo de voluntario aburrimiento, los esqueletos, gnomos, duendes, fuegos fatuos y, por supuesto, la Muerte, se preguntaron tristemente: ¿Qué no les habrá gustado de nosotros...?
0 Sonrizas Cristalinas... y tu ¿entras al Castillo?:
Regálame una Sonrisa Mágica Embellecen mi Mundo
Hola...deja una notita con confianza.¡No sabes cuanto me gustan!, gracias
Elizabetha =3