Un castillo que se ha tragado el mar embravecido

Estoy sola en un gran Castillo, arrullada por le salvaje mar embravecido...

En él, dormida...

Amo mi alma que no se refleja en mi cuerpo oculto.

Amo mi ser escondido, mi risa tardia, mi ternura olvidada.

Amo ser la luz de la noche, los espejos rotos y la maldiciones frias.

Amo los dinteles de las puertas vacias de mis ojos, colmada por estrellas fugaces.

Amo las manos que no me pertenecen, manos de niña en un cuerpo anciano.

Amo los cascabeles, cristales y luciernagas acuaticas de mis sueños tenebrosos.

Amo y odio con la intensidad del mar, que mece mis sueños, profundos, tranquilos y muertos.

Amo mientras duermo...

En un castillo ...

Que se ha tragado...

El mar embravecido.